Y con esta preparación tan sencillita, se acaba la presa ibérica (de momento). Probablemente, el vacío cárnico lo ocupe una saga sobre el secreto ibérico, o vaya usted a saber... El cochino ibérico es tan aprovechable y cocinable...
Disculpad por las fotos: la cámara se me ha revelado hoy, y no sé qué demonios he tocado que no he conseguido algo decente.
Aquí tenéis a los solistas de hoy:
- Un filete de presa ibérica
- 1 o 2 lonchas de queso Arzúa-Ulloa
- Patatas cortadas a lo pobre
- Una loncha hermosota de buen pan
Como artistas invitados:
- Trufa negra rallada
- Aceite de oliva virgen extra
- sal
Freímos nuestras patatas a lo pobre.
Pasamos por la sartén (sin aceite) nuestro filete de presa. Ya sabéis, respetando el producto. Sartén muy fuerte de fuego, vuelta y vuelta.
Precalentamos el horno a 200 grados.
Regamos nuestra rebanada de pan con un chorrito de aceite crudo. Disponemos las patatas a lo pobre, y rallamos la trufa negra por encima. Disponemos el secreto ibérico encima y coronamos con las lonchas de queso Arzúa.
Gratinamos en el horno hasta que el Arzúa funda bien. Y sanseacabó. No he querido poner nada encima del queso Arzúa para que lo vieseis en todo su esplendor. La forma en la que funde es maravillosa. Y rápida, así que ojo. Si queréis coronarlo, otro pelín de trufa negra, o lo que se os ocurra. Eso sí, algo delicado y no demasiado salado.
¿Cómo lo remataríais vosotros?
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