sábado, 26 de octubre de 2013

Lenguado Meunière



O la alta cocina francesa llevada a nuestras mesas...

No os acojonéis tan pronto...  Es una de las recetas más sencillas que os voy a presentar en el blog...  y sin embargo, de las más famosas de la cocina francesa...  

Un amigo me dijo una vez algo como "si rehogas con mantequilla, imitas la cocina francesa. Y si incorporas salsa de soja, te metes en la oriental". Estoy de acuerdo en cierto modo, pero esa expresión es simplificarlo a la mínima expresión. Ni calvo, ni siete pelucas. No obstante, os doy ideas... Unos medallones de solomillo de cerdo marcados con mantequilla son un  buen comienzo para un plato que podáis titular "a la francesa", o incluso titularlo en francés (el que sepa, por supuesto)...

Pero en este caso hablamos de un clásico francés como puedan ser nuestras "judías con chorizo", y no seré yo el que permita que un foráneo se chotee de tan sacrosanta preparación...  

Os pongo los ingredientes y juzgáis: humildes, sencillos, y de los que siempre están en nuestra nevera. 

La foto es de las sencillas: cuatro cosillas que caben en el objetivo de la cámara sobradamente...



Para 1 comensal (como siempre, multiplicad...)

- Un lenguado pequeño
- El zumo de medio limón
- 30 grs. de mantequilla
- Un ramillete de perejil (una vez comprimido, el tamaño de una nuez)
- Sal
- Pimienta negra
- AOVE
- Una piparra (para adornar). A falta de ésta, cualquier encurtido: unos trocitos de guindilla, unas alcaparras, unas láminas de aceituna...  Se trata de darle un puntillo fresco, salado y cachondo. 

Como veis, nada del otro jueves (o nada que no ande en la nevera a diario -salvo el lenguado-)

(Por cierto, habréis observado que ingredientes como el AOVE,  la sal, la pimienta o superbásicos como la harina, ya no los pongo en las fotos... Todos sabemos cómo son y es un espacio precioso que ahorro en el encuadre de mis horrorosas fotos...)

Vamos al jaleo. 

De entrada, salpimentamos el lenguado y lo pasamos por harina.


En una sartén hermosa añadimos un hilo de AOVE y una parte de la mantequilla (un tercio, aproximadamente) y doramos el lenguado.


Mientras nuestro lenguado se pone morenito, preparamos la salsa Meunière...  En otra sartén derretimos la mantequilla restante (2/3, para un lenguado pequeño y una persona, 20 grs...) y le añadimos el zumo de medio limón y la nuez de perejil bien picado, junto con un minipellizco de sal... El agrio del limón junto con el terciopelo de la mantequilla son los que mandan... Si lo salamos demasiado, nos cargamos esa magia. Recordad además que el lenguado ya va salpimentado. 



Y una vez el limón ha reducido un poco (un  par de minutos) la cosa ya está perfecta. 

Rociamos el lenguado con la salsa Meunière, adornamos con el encurtido, y sacamos el plato a nuestra mesa presumiendo de saber hacer cocina francesa y  profiriendo un "Oh, la, la"...  un "Qu'est que c'est..." o un "voulez-vous coucher avec moi" al gusto del consumidor...  (bueno, la última frase, casi mejor después del postre)

A disfrutarlo, fogoneros!!!






miércoles, 16 de octubre de 2013

Salteado de cordero y verduras con arroz bashmati



Un platillo de fusión arabe--india-japonesa...  (o algo así)...  En definitiva, porque he usado jengibre, salsa de soja, cúrcuma, curry...  llamadlo como queráis, pero está de vicio...

El nombre o la procedencia es lo de menos. Lo de más es que estamos ante un plato completo, riquísimo, y de una dificultad moderada (hoy no diré sencillísimo). 

Vamos a por los ingredientes: 

Para dos personas 


- Medio pimiento rojo
- Medio pimiento verde (del mismo calibre)
- Una cebolla tierna
- 150 gramos de cordero (en taquitos)
- Dos tazas de café de arroz bashmati
- 50 gramos de jengibre fresco
- 5 cl. de salsa de soja (preferiblemente baja en sal)
- Aove
- cúrcuma
- curry
- sal
- cebollino (para adornar)

Comenzamos. 


De momento, a fuego medio-bajo rehogamos el pimiento verde, cortado en julianana. A los cinco minutillos, agregamos la cebolla tierna. 



Luego, incorporamos el pimiento rojo (rallado o cortado muy fino) y el cordero. 


Ahora es buen momento para comenzar con el arroz. En un litro de agua, y con una cucharadita de sal y otra de cúrcuma, cocemos nuestro arroz unos 10 minutos. 


La gracia de este plato es acabar ambas preparaciones más o menos a la vez, para emplatar en condiciones. 

Seguimos con el salteado. Ahora agregamos media cucharadita de curry, disuelto en un poco de agua, de forma que tengamos una pasta ligera. Añadimos también el jengibre bien pelado y rallado. 


Y por último, para darle color y salinidad, agregamos la salsa de soja. Ojo a las cantidades. Más vale quedarse corto y luego añadir (esa posibilidad siempre nos queda).

 

Emplatamos formando unos timbales de arroz bashmati, un buen par de cucharadas de salteado, y adornamos con cebollino bien picado. 

Lujo asiático, nunca mejor dicho!!! 

martes, 1 de octubre de 2013

Pasta con setas, jamón y queso



"Bienvenidos a un nuevo post de este blog tan singular llamado nometoqueslosfogones. Salid todos al rellano de la escalera con vuestras chirulas y panderetas y decidle a todo pichichi que va a comenzar un nuevo post. Luego os vais al sofá, os ponéis la pantaloneta de leopardo, alejáis el mando a distancia y tomáis lápiz y papel para no perderos nada.  ¡¡¡Viva Rusia!!!"

Y así empezaría este post si lo hubiese escrito el autor de la receta, el magnífico David de Jorge, Robin Food (o Robín de los vascos)  acompañado de su mentor y colaborador Martín Berasategui. 

Plato fácil, riquísimo y bastante rápido. Y su elaboración merece ser difundida por todo el mundo mundial dada su sencillez y posibilidades de variedad.  

En nuestro caso, la hemos hecho con champiñones, y con un queso arzúa, además de uno de cabra semicurado rallado (que no aparece en la foto, cosas del directo). 


Para dos almas:

- 100 gramos de jamón cortado en taquitos mini (0,5 cms...)
- 4-5 champiñones hermosos (también cortados en minitaquitos)
- Dos puñados de minimacarrón, o fideo de fideuà (el puñado es medida estándar internacional)
- 50 grs. de mantequilla (dos nueces)
- 50 grs. de queso muy graso (arzúa, brié, o similar)
- 50 grs. de queso semicurado o tierno rallado
- un puñadito de perejil (en la receta original, cebollino)
- 1 pastilla de caldo (yo he usado de jamón) diluida en 1 litro de agua. 

Vamos al ataque. 

En una sartén hermosota, derretimos la mantequilla, y rehogamos la pasta en ella. Mucho ojo, no hay que dorarlos ni nada de eso. Se trata de que cojan un poco de calor y grasa de la mantequilla. Os advierto que la primera vez tosté la pasta y el resultado fue incomestible. Es un poco la técnica que se le aplica a un risotto. 



Agregamos los champiñones, y salteamos brevemente. Lo dicho, muy poco tiempo porque la pasta se nos puede volver morena, y eso no interesa. 


Agregamos el caldo que hemos preparado con la pastilla, hasta apenas cubrir la pasta. La gracia está en ir dejando que la pasta se quede sin caldo, y añadir más líquido conforme se evapora. Poco a poco. Aún así la pasta va a estar lista en no más de 10 minutos. Id probando hasta que la textura del fideo esté justo como os gusta, o un poco menos ya que nos faltan un par de minutos de preparación. 


Ahora, con la pasta casi lista, añadimos los taquitos de jamón, y los mezclamos bien con la pasta. No lo hemos hecho antes para que el jamón no suelte demasiada sal en nuestra sartén. El fuego, muy bajo.  


Añadimos el queso semi o tierno rallado, y el graso a láminas. Lo vamos deshaciendo en nuestra pasta. Notaremos que al ir mezclando aparecen unas maravillosas hebras de queso en nuestra preparación. Sublime.


Para finalizar, añadimos la mitad de nuestro perejil muy bien picado, y lo mezclamos con la pasta. El restante es para espolvorear por encima, rematando además con un chorrito de aceite de oliva virgen extra. 

Nota importante:  NO hemos usado sal en ningún momento. Hay que pensar en la salinidad de nuestro queso, junto con el jamón serrano, y el caldo ligeramente salado que usamos para cocer. Normalmente no es necesaria sal extra. 

Ahora, pensad en la infinidad de variantes que se puede hacer a esta preparación tan sencillita y sabrosa, con la que salir de los platos de pasta típicos. 

Feliz platazo de pasta!!!