¿El por qué del título del Post? sencillísimo. Originariamente, esta receta cántabra se elabora con leche recién ordeñada. La mayoría de urbanitas no tenemos acceso a ese manjar, y los afortunados que viven en una casa con jardín o un chalet, no suelen tener una vaca pastando entre los arbustos...
Como sustituta de esa leche tan sumamente fresca, originaria del Valle del Pas, se suele utilizar queso fresco (siempre de aquellas maravillosas tierrucas cántabras, por supuesto)...
Yo os propongo sustituir todo esto por una leche normal y corriente (entera, eso sí) y un yogur natural... El resultado es muy similar y totalmente accesible para cualquiera...
Y hoy el apartado de dedicatorias va a ser extenso. En alguna ocasión he mencionado la región de Cantabria como una de las más hermosas de España, rica gastronómicamente y culturalmente. Como buen amante de aquellos lares, de los que todo me parece apasionante y hermoso, procuro rodearme también de su gente.
Así que dedicaremos esta Quesada Pasiega a los amigos de FASGA Norte... Aguerridos luchadores y compañeros excepcionales...
A José Palacios Diego: compañero, amigo, y cascarrabias profesional... además de cántabro de los pies a la cabeza, buena persona, sencillo, humilde, y muchas cosas que me dejo en el tintero...
A "Mis deliciosas comiditas"... gastronomía cántabra en estado puro... Embajadores de la "tierruca" por todo el mundo...
Así queda la mezcla... ligera y muy líquida... |
Y vamos a lo que nos ocupa.
- 2 huevos
- 200 grs. de azúcar
- 150 grs. de harina
- 1 yogur natural
- ralladura de 1 limón
- 1/2 litro de leche entera
- 100 grs. de mantequilla
- Canela
Solo se trata de mezclar bien los ingredientes (excepto la canela, que se espolvorea al final). Para hacerlo más ordenado y que la mezcla quede perfecta, lo haremos en el siguiente orden. Mientras mezclamos, pondremos el horno a precalentar a 180 grados.
Comenzaremos mezclando los huevos con el azúcar. Incorporamos el yogur. Luego, la ralladura de limón y la mantequilla (previamente derretida). Después, y muy poco a poco, la harina. Por último, la leche. La textura va a ser bastante líquida. No os preocupéis: es así.
Hornearemos durante más o menos una hora. Comprobaremos que está hecha con un palillo (introduciéndolo y sacándolo seco). Cuando esté doradita y el palillo salga limpio, es el momento de enfriar. La dejaremos fuera del horno, y cuando esté a temperatura ambiente, espolvoreamos la superficie con canela y a la nevera. Debe servirse fría. De un día para otro, si la cubrís bien para que no se seque, está incluso mejor (si es que lo resistís...)
Mucho cuidado con el molde que utilicéis. Durante la preparación la quesada sube hasta tres o cuatro veces su volumen, aunque luego baja y se apelmaza en frío (como debe ser). Así que tenedlo previsto, y usad un recipiente de paredes altas.
¡Y a por ella! Sola o acompañada de una confitura (como si de una tarta de queso se tratase). Hacedla y ya me contaréis, fogoneros.
Solo se me ocurre un calificativo:
ResponderEliminar¡¡ sublime !!
Ya será menos, compañero... pero que sepas que cuando cocino, pienso en mi gente, y desde luego estabas presente tú... Un abrazo!!!
ResponderEliminaroye....pues esta variante es digna de probar sin ninguna duda...!!!!, y esa opción de la mermelada por encima...no s me había ocurrido...genial!!!
ResponderEliminarY muchas gracias por la mención...un abrazo..!!!
Y lo que me alegro de ver tal concentración de cántabros por aquí... (dos comentaristas, dos cántabros). Viendo el vaso medio lleno, pleno a Cantabria!!! Un abrazo, José Luis y José a secas... Y la receta, pese a no ser de allí, tiene el cariño de los de aquí (y además da el pego...) Gracias por vuestra visita!!!
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