Ligerito el plato, ¿eh? A ver, que me gusta la alta cocina (lo sabéis de sobra) pero que venga ahora Ferrán Adriá y me esferifique unos chorizos...
Cuando escucho la palabra "chorizo" se me vienen a la mente caras de políticos sobre todo, pero platos tradicionales y contundentes también. No pienso ni por un momento en alta cocina, aunque todo llegará.
Y el plato que os traigo hoy tiene arraigo, es sencillo, humilde, a la vez nutritivo, y no niego que hipercalórico. Es el típico plato "de pastor", sencillo de hacer, con pocos ingredientes, y sabrosísimo.
Y todo esto porque voy a poneros una serie de recetas a las que he titulado "fe-choricerías" porque son pequeñas trastadas elaboradas con chorizos, basadas en platos tradicionales y tuneadas como a mí me da la real gana... He intentado huír de los platos de invierno, en los que el chorizo tiene una presencia casi fundamental, y centrarme en cosas tipo "tapa", así para compartir, que no calienten el cuerpo demasiado (que eso falta con estos calores)...
Pero ¿por qué? os preguntaréis... Pues sencillo... Porque como siempre, desde Cuenca, mis maravillosos progenitores me han enviado un cargamento de chorizos de Valverde del Júcar, tal que estos:
Y hay que darles salida culinaria... Para comenzar, la temperatura en Valencia no está como para secar chorizos, y por otro lado porque me encantan. Lo cierto es que me quedan poquísimos, pero alguna cosa interesante hemos hecho ya con ellos (aparte del típico bocata de chorizo, estandarte gastronómico de fama mundial).
Vamos con las patatas revolconas. Sin fotos, porque es sencillo a más no poder...
Ingredientes:
- Dos patatas grandes
- Dos chorizos
- 6-7 lonchas de bacon o panceta (al gusto)
- Una cucharada de pimentón
- Un chorrito de aceite de oliva
- Sal
Eso es todo. Complicado, ¿no?
Comenzamos por una parte cociendo las patatas. Trozos grandes, 20 minutos más o menos, ningún misterio. Las pincháis para saber si ya están cocidas y listo.
Por otro lado, en una sartén con un poco de aceite doramos bien los chorizos cortados en dados y el bacon o la panceta. Cuando estén hechos (el bacon crujiente) los apartamos. En este plato la gracia está en que la panceta o el bacon estén crujientes. Retiramos la panceta/bacon y el chorizo y en ese aceite doramos un pelín el pimentón. Muy poco tiempo. Agregamos una cucharadita de sal.
Aplastamos las patatas con un tenedor, y le vamos incorporando el "mejunje naranja" que ha dejado el chorizo y la panceta o bacon. Esto hará que nuestro "puré de patatas rústico" coja un tono anaranjado precioso.
Servimos el puré y espolvoreamos por encima el chorizo y el bacon.
Y lo que agradece el michelín este tipo de platos...
Abrazos, fogoneros!
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