lunes, 18 de mayo de 2015

Ensalada picante al wasabi, o "Ensalada de Hostias"


Lo que os traigo hoy es solo apto para amantes de las emociones fuertes, los paladares a prueba de TNT y los amantes del picante en general. 

Tras ser retado por la página de humor de Facebook "La iglesia de la hostia bien dá", que me animó a crear una receta de sabor contundente, se me ocurrió esta receta de ensalada, cuya vinagreta a base de wasabi no dejará a nadie indiferente.

 https://www.facebook.com/IglesiaDeLaHostiabienDa

Tras experimentar con ella, decidí que su nombre no podía ser otro que el de...

"ENSALADA DE HOSTIAS"

Si pensáis que solo es apta para putear al pesado de tu cuñado, o a ese amigo gorrón al que le da por acoplarse en tus comidas y cenas, te equivocas. 

Controlando concienzudamente la cantidad de wasabi, es apta para todos los públicos. 

Hemos de recordar además que el picante del wasabi no es como el proveniente de los chiles y toda su extensa familia. 

Wasabi del de verdad, del bueno. 


A veces, el wasabi que consumimos en Europa no proviene de Japón, sino de rábano picante europeo tintado. No llega a ser tan potente como el original.




El elemento picante del wasabi se llama isotiocianato de alilo, y es también el que está presente en menor cantidad en la mostaza o en el rábano picante autóctono. Este picante, que no molesta al estómago, nos va a despejar las fosas nasales, y puede que hasta nos haga llorar según la cantidad. Este tipo de picante no se instalará en nuestra lengua durante horas.

Por otro lado, la alicina, presente en el ajo o la cebolla, es un picante mucho más llevadero, incluso en grandes cantidades, que además desaparece con la cocción de las verduras que la contienen.

Sin embargo, la reina de la cocina picante, y tal vez la sustancia picante más extendido del mundo sea la capsaicina. La encontraremos en chiles, ajís y todas sus variantes. En la cocina tradicional española la encontraremos en el pimentón picante, la cayena (tanto molida como entera)...  y en los pimientitos de Padrón (pero no en todos, claro...  juassss...)  La capsaicina es el tipo de picante que nos va a dejar la boca como recién salidos de que nos hagan un empaste... 

Por cierto, como curiosidad os comento que la cantidad de capsaicina presente en un alimento se mide en UCS (Unidades de Calor Scoville) o SHU (Scoville Heat Units) en inglés. Pueden oscilar entre 0 (un pimiento rojo dulce), pasando por las 2.500-5.000 que puede llegar a marcar un pimiento de padrón (picante) o un chile verde, hasta dispararse a las 30.000-50.000 UCS de un chile normal, llegando a las 100.000 a 350.000 del chile habanero, y batiendo récords con los 2.200.000 del Carolina Reaper

Tres Carolina Reaper posando coquétamente.
Esta última variedad como algunas otras que parten del millón de UCS son realmente mutaciones genéticas producidas por el hombre, en ese  afán tan de nuestra especie por buscar la cabronada máxima: la hijoputez hecha vegetal. 

Más allá de eso, encontraremos la capsaicina pura, y otros preparados con los que se elaboran armas, en el sentido literal de la palabra (sprays de autodefensa, por ejemplo...)

Volviendo a los picantes aptos para el consumo humano, no quiero dejarme la piperina, presente en las pimientas, o el gingerol, que encontraremos en el gengibre. Ambos picantes bastante llevaderos.

¿Que por qué os cuento todo esto? Pues principalmente, para que todos aquellos que os negáis en redondo a introducir el picante en vuestra dieta, conozcáis que hay diferentes tipos de picantes, y que tal vez unos os sienten mejor  que otros, u os agraden más o menos que otros. Es cuestión de probar, experimentar con ingredientes y cantidades, mezclar...  Todo menos cerrarse en banda a meter de vez en cuando un pequeño chispazo picante en vuestros platos.

Un abrazo fogoneros, y que disfrutéis de la receta!  

Ah, ¿Conocéis algún tipo de picante que se me haya escapado?

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